Derechos y Colores| No me gustaban las tazas

Por Natalia Mendoza Servín

Foto por Natalia Mendoza Servín

Toda mi vida laboral he sido Godínez (como decimos en México), oficinista, pues. Cada navidad, cumpleaños o fecha especial te regalan tazas… y entonces tienes miles de tazas, ¡ya no sabes qué hacer con ellas! Se vuelven inútiles; se convierten en el regalo por compromiso y por excelencia. En estos entornos, se regalan porque, además, se asume que somos grandes consumidores de café, y tampoco lo soy. Entonces me parecían un regalo estéril. No las odio, pero no me gustan, carecen de sentido para mí, pero las agradezco.

Sin embargo, eso cambió hace unos días que fue mi cumpleaños. Alguien me regaló una taza. Me extrañó un poco porque en ese sitio, solo había personas que me conocían, aunque creo que el tema de las tazas puede que no se lo haya contado a nadie o a muy pocas personas. Tampoco sabía de quién era el detalle porque no tenía nombre. En fin, vi que era una taza y al irle quitando el papel, me di cuenta que no era “una taza”, sino “La taza”. Tenía colores hermosos o al menos que a mi me gustan y me transmiten paz, pero sobre todo tenía esta frase: “Te mereces todo lo bonito”.

Si bien esa persona me conoce bastante, no podía saber que esa frase me ha acompañado desde hace ya varios meses. Al buscar la tienda donde se compró, supe inmediatamente quién me la había regalado. Le escribí, y me dio una serie de razones maravillosas de su regalo. Esa persona me enseñó algo: ¡que sí me gustan las tazas!, las que son pensadas para mí; las que son elegidas desde el aprecio y el cariño.

El regalo me hizo reflexionar cuántas veces en la vida decimos que algo no nos gusta: la escuela, la comida, una persona o amistades, decisiones o planes futuros, y tal vez no hemos tenido la oportunidad de experimentarlo con los matices (¡esos matices!) que hacen que podamos ver a través del espejo la cara que sí es compatible con nosotros. Se vale replantearnos la vida, las ideas, los gustos, los planes… se vale darnos una oportunidad.

¡Gracias por enseñarme que sí me gustan las tazas! Qué regalo tan maravilloso y desde el amor me regalaste. Gracias, gracias.

Natalia Mendoza Servín es abogada y maestra en transparencia por la Universidad de Guadalajara. Se ha dedicado a temas relacionados con transparencia, acceso a la información y privacidad, pero desde el año 2020 ha decido decirle al mundo que ama la causa de las mujeres, así que también es especialista en Estudios de Género por la Universidad Pedagógica Nacional, y ha combinado lo que le apasiona con el feminismo desde entonces. Le gusta hacer análisis jurídico y feminista de las expresiones artísticas, y lo comparte, porque nunca se sabe cuándo esas reflexiones pueden ser útiles para alguien.

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