EL FORÁNEO

Por Madelaine BO.

Cuando lo volví a ver pasó desapercibido, como suele pasar cada que llegamos a coincidir.

La diferencia es que está vez, su visita se prolongo por un pequeño tiempo; el cuál se volvió una eternidad. Las horas se tornaron largas hasta convertirse en días y así fueron pasando las semanas y todo ese tiempo se me hizo una eternidad.

No era mucha la convivencia, pero para mí era una presión constante, tanto que me provocaba un nudo en el estomago o el vientre. De ese que te llega cuando te bajará la menstruación «Cólicos». Todo ese tiempo sentía que me apretaban los ovarios. Pero está vez todo eso lo que me provocaba la presencia de una persona.

Confieso que en un pasado hubo buenos tiempos a su lado, pero con el paso de los años , la rutina y las diferencias nos hicieron irnos alejando de poco a poco y ninguno hizo nada para que aquello cambiará.

Con lo anterior no expreso que hay odio de por medio, solo un dejo de malestar combinado con melancolía y un poco de alivio; alivio de no seguirnos lastimando uno al otro.

Posiblemente él siente lo mismo que yo pero ambos tratamos de ser tolerantes con esta situación y todo por el bienestar de los hijos.

Deja un comentario