Letras que ab (sorben/sortan) | De lecturas amenas

Maleni Cervantes

Creo yo que todos en algún momento hemos escuchado la metáfora que habla de la vida como un libro que vamos escribiendo con cada una de las decisiones que tomamos. A muchos nos han hablado de cómo las hojas se encuentran en blanco y se redactan con el pasar de los años. Donde nosotros mismos conformamos la portada con la que nos identifican los demás.

Ahora, imaginen un texto que habla acerca de esto. De la vida como una serie de libros que hacen referencia a la cantidad de posibilidades existentes que tenemos para modificar nuestro destino donde la más mínima acción desemboca en un torrente de futuros diferentes al que pudiéramos imaginar.

Les estoy hablando de La biblioteca de la media noche. Yo llegué a esta lectura por la recomendación de mi pareja. Al principio no sabía qué esperar de él e incluso puedo confesar que ni siquiera llamaba mi atención. No obstante, me decidí a darle una oportunidad. Y fue así como terminé en una aventura cargada de emociones que no creí que me pudiera provocar.

Es un libro que como primer punto nos hace reflexionar acerca de la importancia de lo que es la salud mental. La salud mental no es un juego, sino que es un factor primordial para que las personas puedan acceder a una vida digna en la que tengan aspiraciones e ilusiones por las cuáles seguir viviendo.

Si una persona se sumerge únicamente en lo negativo que le ocurre es obvio que desistirá, como lo dicen por ahí, tarde que temprano. Ya que es claro que en las condiciones socioeconómicas y políticas en las que vivimos los latinoamericanos no es fácil afrontar los problemas que día a día nos acechan.

Hay veces que pareciera que todo lo malo se nos va acumulando. Pudiéramos hablar de una pelea en un rin donde recibimos puñetazo tras puñetazo, puesto que la vida quiere ganarnos con un temible nocaut.

Primer golpe, el cruzado, un familiar tuyo tiene una enfermedad incurable y agresiva que puede llevarlo a la muerte; segundo, el uppercut, tu jefe te despide por llevarle la contraria y quedas con cuentas pendientes por pagar desde la tarjeta de crédito hasta la renta; tercer impacto, gancho al hígado, tu esposa te abandona por alguien más y quedas con el corazón roto; cuarto, un crochet, padeces de insomnio y los arrepentimientos no te dejan en paz, el famoso “hubiera”; por último, el swing y la desesperación por sobrevivir sin tener ningún tipo de patrimonio que te respalde o te brinde la menor de las seguridades básicas como vivienda o salud.

Desde esta perspectiva, la vida se torna de un color grisáceo opaco y, en ocasiones, de un negro carente de brillo y resplandor. Por lo que es normal sentirse acorralados y sin opciones para implementar. Ahora, considerar que existimos personas que únicamente observamos los aspectos negativos, nos juzgamos, nos recriminamos a nosotros mismos… Eso provocaría indudablemente un desliz que nos lleve a decisiones drásticas como intentos de suicidio.

¿Para qué seguir viviendo si hice tal cosa?, ¿y qué pasa si sigo creciendo sin ser nada en esta vida?, ¿qué pensará mi familia de mí si no cumplo con sus expectativas?, ¿qué pasa si renuncio al trabajo y no encuentro algo mejor?, ¿por qué no pensé mejor las cosas antes de haber perdido tanto tiempo de mi vida?, ¿por qué no mejor hice esto en vez de esto otro?, ¿qué pasaría si ya no existiera?, ¿les quitaría un peso a mis seres queridos y a quienes me rodean?, ¿tengo realmente seres queridos que me quieran?, ¿estoy sola?, ¿por qué me pesa tanto la soledad?, ¿por qué soy tan difícil de tratar, querer, amar?, ¿para qué vivo si no sirvo para nada?, ¿por qué me aferro si no tengo posibilidades de hacer y ser nada?

La vida es incierta, más en algunas ocasiones nos puede parecer injusta porque hay personas que nacieron con mejores oportunidades que nosotros. Además, en el contexto en el que nos desarrollamos nos hace olvidarnos de nuestra parte humana y de nuestras necesidades y derechos más básicos. Por ejemplo, la necesidad y el derecho a descansar sin tener que ser productivos todo el tiempo.

Por lo tanto, es difícil dar el ancho en una sociedad como esta, y más si se padece de algún tipo de enfermedad mental que te impida seguir el ritmo que se te exige: trabaja, estudia, ejercítate en el gimnasio, maquíllate, vístete bien, esos zapatos no te combinan, no has terminado los proyectos que pidió tu jefe, ¿no piensas seguir capacitándote?, sal con amigos, ve películas, convive con tu pareja, haz el aseo… Haz, haz, haz. NUNCA DEJES DE HACER. El que deja de hacer es una persona ociosa e inútil que no se preocupa por su futuro, a final de cuentas ya hasta la educación es por competencias. Compite con la persona que está a tu lado y demuestra que eres mil veces mejor. No te detengas a apoyar a quien lo necesita, sólo importas tú y el camino que logres recorrer.

Por ejemplo, si quieren que salgas del poblado pequeño en el que vives, estudies una carrera y te conviertas en alguien famoso, quizá una nadadora profesional o la cantante de un grupo de rock, tienes que hacerlo. Porque si no cuando te despidan y se muera tu gato y no tengas a nadie a tu lado te verás hastiado y tratarás de dejar esta vida para siempre.

Esto que les acabo de narrar en el párrafo anterior es el ejemplo de la vida de Nora y del primer punto de reflexión que les mencioné. Ella es el ejemplo ideal de cómo ve la vida una persona que necesita de ayuda para recuperar su salud mental que fue resquebrajada por su entorno.

Pero al mismo tiempo, este punto de partida que pareciera ser la muerte, se convierte en el segundo aspecto de reflexión que nos ofrece la lectura, donde el límite de la muerte y la vida se convierten en la posibilidad de un nuevo comienzo.

Nora en vez de cruzar el umbral de la muerte se da cuenta de que termina en una biblioteca con una cantidad infinita de libros donde se le plantea la posibilidad de elegir una vida que le agrade más que la que tiene en la actualidad.

Para ello se le explica que cada libro en la biblioteca corresponde a todas las vidas que ella pudiera tener con solo tomar una decisión diferente. Es decir, se enfrenta con la hipótesis de que una persona puede vivir la vida que desea (o incluso estarla viviendo en líneas temporales diferentes como la teoría del gato de Schödinger) por el simple hecho de tomar diferentes elecciones como tomar café en vez de té. Lo que nos conduce, a su vez, a concluir a que la vida es incierta y no la podemos controlar.

Por lo que, el segundo punto de reflexión es el observar que nuestra vida como personas depende en gran parte de las decisiones que tomamos en momentos determinados, pero que pese a que deseemos algún tipo de resultado en específico, la vida es tan incierta que puede dar como resultado algo completamente diferente a lo que habíamos deseado en un principio.

Es decir, no debemos de recriminarnos o arrepentirnos por el pasado, porque las decisiones que tomamos, buenas o malas, nos pueden llevar a diferentes destinos que a su vez podemos seguir modificando con las siguientes decisiones que tomemos. No porque nos equivoquemos una vez significa que no podamos remediar nuestro error y merecer un presente más acorde a lo que anhelamos. Está en nosotros seguir esforzándonos por conseguir nuestras metas o quedarnos estancados lamentándonos.

Por otro lado, el libro es la exploración de varias de las vidas que pudo tener la personaje principal para ver cuál de ellas es la que realmente quisiera vivir. Digamos que es una búsqueda interior para conocerse más a sí misma y lo que esperaba de la vida, si es que quisiera seguir viviendo realmente.

Debo de confesarles que el libro es tan sencillo de leer y comprender que te va envolviendo en él como si fuera una charla con amigos donde quieres saber más y más sobre lo que le pasa a tu amiga. Razones que te conducen de la mano a ver cómo sería una vida en Australia, otra en los polos con el estudio de los glaciares, profundizando en la vida de una nadadora profesional y al mismo tiempo en la de una simple veterinaria o una profesora de filosofía que es madre de familia.

Nora se enfrenta a un mar de posibilidades distintas. Aprende a gozar y disfrutar de cada una de ellas, experimenta y experimenta y sé da cuenta que realmente no le molesta la vida si no la manera en que ella se toma las cosas. Al grado de que decide que la vida que quiere vivir es la que tenía hasta el momento, pero con la perspectiva de que todo pasa por algo, pero al mismo tiempo nada es para siempre ni irreversible, no hay nada que una acción nuestra no pueda modificar nuestra realidad inmediata.

En este punto tenemos el tercer punto de reflexión de la lectura, la invitación a no ser tan crueles con nosotros mismos y a no tomar todo como un mal infinito. Cambiar nuestra perspectiva para que no nos afecte en gran medida lo que ocurre en nuestro alrededor, porque siempre habrá cosas, personas, detalles que nos hagan sentir mejor y nos recuerden nuestra naturaleza como seres humanos: la necesidad por vivir la vida.

O al menos, esa fue la lectura que yo le di al texto. Quizá suene muy utópico o un simple texto de autoayuda, sin embargo, en lo personal me doy cuenta de que quizá siempre habrá tiempo para todo y para cambiar las cosas por si algo no me gusta, porque tal vez muy en el fondo, la vida no es tan mala, sólo un poco complicada.

Y por esto mismo me gustaría hacerles la invitación a que lean este texto para que después me den su opinión. A lo mejor les puede ayudar a ver la vida de una manera diferente, o también puede ser que me tiren de loca y ahora ustedes me recomienden una lectura que me haga visualizar otro punto de vista muy diferente al de esta lectura.

Referencias

Haig, M. (2021). La biblioteca de la medianoche. España: AdN.

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