¿Qué significa el Faro para Virginia Woolf?

por Enola Rue

La ficcionalización de los padres de Virginia Woolf en Al Faro se configura como la única posibilidad de reconciliación con ellos y conjuntamente con su pasado. Ahora bien, qué impacto producen las meditaciones internas de los personajes, el manejo del tiempo en la estructura de la novela y el sentido de la confesión de la autora para su liberación personal a través de la creación artística es lo que se propone estudiar Carlota Peón Guerrero con el fin de validar esta propuesta.

Para darnos un panorama, la estructura de la novela se divide en tres partes: “The Window” (la ventana), “Time Passes” (Pasa el tiempo) y “The Lighthouse” (El faro). La primera parte consta de diecinueve capítulos; la segunda, diez; la tercera, trece. Aún cuando la estructura de los capítulos parece ser lineal, varios de ellos transcurren con el fluir psíquico de un personaje que no aparece en el capítulo anterior y nos encontramos en una escena completamente distinta. Peón Guerrero (2004) señala que la determinación del tiempo real u objetivo en la novela no resulta del todo claro, no existen eventos claves que marquen el orden cronológico.

En lo que respecta a los personajes, Virginia Woolf describe a una familia victoriana tradicional que se encuentra de vacaciones en una casa de campo en St. Ives en las Hebrides, cerca de las costas escocesas. Peón Guerrero (2004) señala que la escritora pasó varios años de su niñez con su familia en ese lugar llamado Talland House. En la obra no poseemos más que alusiones al lugar real, típicos de la zona geográfica, como las dunas, el faro, la bahía, la descripción del mar.

En la primera parte conocemos a los primeros personajes. Los señores Ramsay, un matrimonio con ocho hijos de nombres James, Cam, Prue, Nancy, Jasper, Andrew, Mary y Rose. De muchos de ellos sabemos muy poco. En cambio, otros personajes están bien configurados, como Cam y James, quienes acabarían por viajar al faro con su padre diez años después.

No hay que olvidar el personaje principal de Lily Briscoe, la pintora amiga de los Ramsay. Por otro lado, observamos personajes secundarios como Charles Tansley, un estudiante bajo la protección del señor Ramsay; August Carmichael, un filósofo amigo; William Bankes, un botánico viudo que vive en la misma casa de huéspedes que Lily Briscoe; Minta Doyle, una huésped de los Ramsay; Paul Rayley, un joven que coquetea con Minta; la señora McNab, el ama de llaves de los Ramsay; el señor Macalister, el pescador y cuidador del faro que acompaña a los Ramsay en su viaje al faro; entre otros personajes que aparecen a lo largo de la obra (Peón Guerrero, 2004).

El relato empieza con la ilusión de uno de los hijos de los Ramsay, James, de ir al faro. La tensión surge cuando la madre accede, pero el padre se opone por condiciones meteorológicas. La situación aparentemente común esboza una serie de preocupaciones e incertidumbres que desembocan a lo largo de toda la obra. Los eventos o acciones del día solo funcionan como pretextos para desencadenar el fluir psíquico de los personajes. Cabe señalar que la primera parte de la novela abarca un día, irrelevante y sencillo, en la vida de los Ramsay señalando si ir o no ir al faro.

Peón Guerrero (2004) destaca que el tiempo real u objetivo es de diez años, los cuales simbolizan el transcurso del tiempo, la soledad, la destrucción, la muerte y la guerra. Es en “Time Passes” donde el tiempo se constituye como un personaje que va devorando la casa de campo de los Ramsay, la naturaleza va tomando posesión de la casa y aparece un narrador omnisciente que nos relata lo que acontece en la vida de los personajes.

Asimismo, nos revela el deterioro progresivo de la casa de los Ramsay, una descripción meticulosa del paso del tiempo y de la guerra, el devenir de los personajes se sucede con cada grieta que aparece en la casa de campo. Peón Guerrero (2004) manifiesta que “Time passes” podría representar una conexión abstracta e impersonal entre el mundo victoriano de finales de siglo y el “nuevo mundo” de la post-guerra.

En cuanto al espacio objetivo, lo que la obra presenta como lugares comunes, son lugares que aparecen marcados por emociones particulares, los objetos parecen cobrar vida y la perspectiva del narrador se hace a través de ellos. Sin embargo, las meditaciones internas de los personajes se relacionan directamente con el tiempo interno de los mismos, es decir, el fluir psíquico de los personajes rompe con el tiempo objetivo (Peón Guerrero, 2004). De esta manera, Virginia Woolf rompe con la estructura tradicional de la narración, donde las reflexiones o monólogos internos de los personajes no se incorporan bajo ninguna estructura formal. La narrativa se sucede constantemente de lo efímero a lo trascendente, de lo externo a lo interno, de una situación trivial como la pérdida del broche de Minta a reflexiones filosóficas sobre el sentido de la vida, todo acontece a través de asociaciones que no siguen un tiempo lineal.

La trama se desarrolla no desde acciones concretas, sino desde las reflexiones y cuestionamientos que los personajes se plantean frente a estas, es decir, la lucha interna con sus propias ideas frente al mundo que los rodea. En la tercera parte, “The Lighthouse”, el evento superfluo de ir al faro o no, las medidas de las calcetas de James, mirar por la ventana, hablar por teléfono, contemplar una pintura sin terminar; son acontecimientos que, desde su misma cotidianeidad, alumbra las diferentes voces de los personajes. Aquellas son voces que se contradicen, se complementan, se sobreponen, siempre provocando sentimientos de angustia y confusión (Peón Guerrero, 2004).

“Dejé de estar obsesionada con mi madre. Ya no escucho su voz, ya no la veo” declara Woolf en Momentos de vida aludiendo al proceso de reconciliación con sus padres, es decir, la novela le permite hacer las paces con su pasado y es capaz de perdonarlos. Dichos sentimientos de angustia y confusión provocados la redimen del sentimiento de culpabilidad, puede sentirse liberada. El proceso creativo es un diálogo consigo misma. Nos demuestra que al escribir los temores, nos apropiamos de ellos y podremos reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás.

Publicado por Enola Rue

Enola Rue es una estudiante de la Licenciatura en Letras en la FaHCE (UNLP), ha sido escritora mucho antes de conocer lo que esa palabra significa, el mundo literario es y será su alternativa de vida más importante. Actualmente, posee un blog llamado Indie tear. Entre sus obras, la obra más conocida es "¿Qué dice la margarita?", ganadora del 2° lugar en el concurso Clásicos Romances (2018). A su vez, su cuento "No se admite ser para la muerte" fue publicado en el libro "Esa otra voz" por la Editorial Rubin. Ha descubierto que sus obras son un eterno intento de mostrar su irrepetible forma de ver el mundo y traer esta experiencia a los lectores.

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