La evocación del erotismo fantástico | “Yo, cocodrilo” y las imposiciones corporales del placer

Me preguntaba: ¿es el clítoris, realmente el único órgano destinado al placer sexual? Es decir, en “Yo, cocodrilo” de Jacinta Escudos, mutilan a las mujeres, les cortan el clítoris con el fin de asegurar su castidad y buena conducta -según lo que significa “ser mujer”-. Pero inmediatamente pensé en Marosa di Giorgio, en sus relatos eróticos. En cada uno explora una variedad de zonas erógenas presentes en el cuerpo; juega con metáforas que puntualizan en la experimentación total del erotismo, el placer y la libertad.

En este sentido, desprenderse de la idea de “ser” “mujer”, es desprenderse de la idea de que el clítoris es el único órgano capaz de brindar placer. Entonces, dicha afirmación, devela su origen en la construcción de pensamiento patriarcal y capitalista.

Transformarse en cocodrilo, -o como en los relatos de Marosa: metamorfosearse en insectos, copular con animales, plantas y hongos- significa dejar de “ser” una “mujer”, para empezar a experimentar el placer sexual con todo el cuerpo y en libertad.

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