Letras que ab (sorben/sortan) | ¿Y qué onda con la brujería?

Por Maleni Cervantes

El otro día por la tarde me dispuse a tomar un descanso y, qué mejor que ir a mi cafetería preferida por una malteada de fresa. Todo transcurrió normal, como la típica rutina de un domingo no laboral en un pueblito de los altos de Jalisco, hasta que escuché algo que me llamó la atención, a la hija de doña Juana «N» le habían hecho un trabajito y, solo por eso, nomás no podía quedar embarazada.

A lo que sabían las señoras del café, esto había sido porque la muchacha que anteriormente era la novia del marido de la hija de doña Juana no le agradó la idea de ver al muchacho con otra que no fuera ella. Entonces, ¿qué más le daba hacerle un trabajito que habría de enterrar en el cementerio cerca de la última tumba? Y la cosa iba tan en serio que encontraron una foto de la hija de doña Juana amarrada a un crucifijo de paja bañado en sangre, de lo que creían que era un gato negro, y con pizcas de sal y unos cuantos clavos. Sin contar las velas negras que estaban casi carcomidas.

Según una de las señoras eso significaba que la pobre muchacha nunca iba a poder tener hijos, mucho menos encontrar un trabajo digno. En palabras de la mujer «esa pobre chica ya quedó marcada, pero con la cruz del diablo. Ya no le irá bien en la vida y será muy difícil quitarle el maleficio”.

Ustedes se preguntarán, ¿y para qué o por qué nos cuentas todo esto? La respuesta es sencilla: quedé sorprendida. Todo parecía sacado de una película de terror. Y, ustedes, queridos lectores, quedarán más sorprendidos cuando se enteren de que todo lo que acaban de leer son un montón de mentiras sin pies ni cabeza, porque ni el domingo salí al café por una malteada de fresa (no me gustan las malteadas), ni mucho menos conozco a una doña Juana.

No obstante, aquí tenemos un concepto realmente asombroso que es base (en parte) de la cultura mexicana. Les estoy hablando del «rumor» que no es otra cosa que el decir algo sobre alguien o algo que puede ser o no ser verdad (en la mayoría de los casos no lo es) y que se va pasando de boca en boca al grado de que se va deformando la información, mas no la base de la historia. Sí, lo sé, para qué usar palabras tan redundantes, si en el barrio a ese concepto lo conocemos como el famoso «chisme».

Ahora, bien, ¿cuántos de nosotros no hemos escuchado uno que otro chisme de algún conocido nuestro? La verdad es que, el chisme puede ser el pilar de una buena novela tanto rosa como negra. Y muchos de nosotros nos intrigamos tanto al grado de que, como dicen los memes, terminamos estudiando una licenciatura en letras sólo para saber más chismes, aunque sean de personajes ficticios, que después podemos ir contando por el mundo como si fueran reales y así las personas los creen y los difunden con sus allegados y así sucesivamente como si en verdad conocieran a los implicados.

En este punto extremo, luego del estudio de una licenciatura en letras, encontramos la recomendación lectora del día de hoy, donde Fernanda Melchor en su novela Temporada de huracanes nos presenta la historia de una chava conocida como la Bruja quien fue asesinada. Y el misterio por resolver es: ¿quién o por qué mataron a la Bruja?

Lo interesante aquí es que, como buena novela mexicana, conoceremos la respuesta a través del chisme y la perspectiva de cada uno de los personajes involucrados. Es decir, no es una novela que hable solo de una trama lineal, sino que es un retrato cruel y realista de la vida de un pueblo a través de las voces de los involucrados.

En esta novela veremos una combinación entre lo fantástico, casi con el límite de lo increíble, y lo que realmente podemos observar en un pueblo de México. Donde no todo es color de rosas. La atmósfera del texto es algo cruda ya que trata temas desde pornografía, prostitución, consumo de drogas, pedofilia y demás.

No obstante, cuando mezclamos todo esto en exactas cantidades en un caldero que está por explotar, nos daremos cuenta de que es una de las mejores obras de la literatura mexicana contemporánea. Un texto que te deja empicado y aturdido. De esas experiencias en la vida donde queremos saber un poco más, pero al mismo tiempo queremos cerrar los ojos para volverlos a abrir y comprobar de nuevo lo que acabamos de ver.

Entonces, ¿por qué no tomar una taza de café y darle una oportunidad a una quemadura en la garganta de un texto tan ardiente como exquisito? Porque eso que olemos, no es otra cosa que el aroma de una literatura que recién como ha llegado, habrá de quedarse como un pensamiento de media noche que nos quitará el sueño en varias ocasiones para ir y regresar a ese punto de lectura.

Referencias

Melchor, F. (2017). Temporada de huracanes. México: Penguin Random House Grupo Editorial.

Maleni Cervantes (1997) nació en Yahualica, Jalisco. Actualmente, es egresada de la Licenciatura en Letras Hispánicas por parte de la Universidad de Guadalajara. Como autora ha participado en distintos proyectos, entre los más destacados se encuentra su columna de opinión “Vagando por las calles” en la revista de Engarce donde trata temas de cultura mexicana. Por otro lado, ha publicado cuentos en diversas plataformas, por ejemplo, en el libro Bajo el paraguas o en la revista electrónica Letralia. Además, ha sido tallerista de escritura creativa para estudiantes de preparatoria por parte de Luvina, la revista literaria de la UdeG. 

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