Derechos y Colores| Come on, Barbie, Let´s go party (Léase cantando: Ah, Ah, Ah, Yeah)


Por Natalia Mendoza Servín



La cultura popular es sumamente importante porque refleja cómo las personas comprenden problemas sociales “complejos” y de dedicación “exclusiva” de ciertas profesiones. Por ejemplo, el derecho, que debería ser una materia de comprensión ciudadana para la defensa de nuestros derechos, es sumamente compleja sino se contrata a una persona profesional en la materia, sin embargo, eso no significa que miles de películas, canciones o poesías no se hayan pronunciado respecto a la ciencia jurídica de una forma más sensible y humana que el derecho mismo, que dicho sea de paso, se ha vuelto frío para quienes necesitamos de él.

Hoy quiero compartir o hacer alusión al pensamiento de Simone de Beauvoir plasmado en su obra El Segundo Sexo y que pudiera tener sentido en uno de los párrafos de la canción de Barbie, que ahora ha sonado más gracias al estreno de la película. Para ello, invitaría a situarnos en esta breve historia:

Decides casarte, y al hacerlo, como una de tus funciones estereotípicas de mujer, debes quedarte en el hogar, porque eso es “lo que te corresponde”. La mujer es de la casa, de la vida privada y el hombre, es quien provee, el de la vida pública. O eso dictan los estereotipos. Estar en esa posición, pudiera llegar a representar el aniquilamiento del ser, en el sentido de que esa mujer pierde la posibilidad de ser lo que quiso ser (siguiendo la insignia de Barbie), porque ahora tiene que dedicar su existencia a esa labor y olvidarse de algunos sueños a los que ya no podrá dedicar más tiempo. ¿Qué pedirías tú a cambio de aniquilarte?

He hecho esta pregunta a algunas personas y la respuesta más común suele ser “no sé”. La que más me ha llamado la atención es “¡Nada! ¡Es que eso no podría entregarse y mucho menos negociarse!”. Lo cierto es que sí se otorga y sí tiene un precio, que de acuerdo a Beauvoir, es la entrega total del alma del otro, es decir, se espera que al dejar de ser por ti, tú seas absolutamente mío. En otras palabras, casarse puede implicar un contrato en el que la mujer acepta renunciar a sus sueños e ideales, siempre y cuando, el hombre sea de tiempo completo para ella. Esta reflexión de unos renglones forma parte de la obra del Segundo Sexo, pero tal vez, algo que la representa con sencillez, es la canción de Barbie cuando ésta canta:

“You can touch

You can play

If you say, «I’m always yours»

Barbie le dice a Ken: puedes tocarme, puedes jugar, si tu me dices “soy solo tuyo”. Acaso, ¿esto no representa el pensamiento de Beauvoir? No sé si el grupo Aqua que creó esta canción alguna vez leyó el Segundo Sexo o si simplemente, desde la cultura popular; desde su música, desde lo que se observa en sociedad, advirtió que esto es una situación que ocurre. Algunas mujeres se aniquilan a cambio de creer que se posee al otro, ello sin considerar que el resto de la letra es profundamente machista.

La canción fue un éxito rotundo, y tuvo muchas críticas positivas como negativas. Para efectos de este tema, destaca la opinión de Larry Flick, que según algunas notas de Internet, mencionó que la canción contiene “muchas de las cosas retorcidas que la gente hace en secreto con la muñeca». Pareciera que estas cosas retorcidas, lamentablemente, son verdades en las vidas de algunas mujeres, pero en un secreto que ya no lo es tanto, que se reproduce en el seno de varias parejas, y que incluso, ya fue advertido en la cultura popular, en una canción como la de Aqua. 

Esperemos pronto la cultura popular y grandes filósofas vayan identificando otras historias más amables en las que las parejas puedan vivir en entornos de respeto, igualdad y compromiso. Ojalá suenen nuevas canciones, otras voces, otras alternativas para nosotras.

Natalia Mendoza Servín es abogada y maestra en transparencia por la Universidad de Guadalajara. Se ha dedicado a temas relacionados con transparencia, acceso a la información y privacidad, pero desde el año 2020 ha decido decirle al mundo que ama la causa de las mujeres, así que también es especialista en Estudios de Género por la Universidad Pedagógica Nacional, y ha combinado lo que le apasiona con el feminismo desde entonces. Le gusta hacer análisis jurídico y feminista de las expresiones artísticas, y lo comparte, porque nunca se sabe cuándo esas reflexiones pueden ser útiles para alguien.

Publicado por LaCoyolRevista

No sé quien soy. No ando en busca de estilo, sino de retos.

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